La extracción dental, como su nombre indica, es la extracción de un diente que ya no se puede salvar. Nuestra prioridad número uno como dentistas es salvar y mantener la mayor cantidad posible de su dentición. Sin embargo, en ciertas situaciones, una extracción es el mejor plan de tratamiento a largo plazo ya que, lamentablemente, no todos los dientes se pueden salvar con coronas y endodoncias. Una vez que es necesario extraer un diente, el paciente y el profesional dental deben decidir juntos cómo les gustaría restaurar el diente faltante. Los implantes, puentes, prótesis dentales parciales y prótesis dentales completas son todas opciones de tratamiento. En la mayoría de los casos, su dentista recomendará un injerto óseo para rellenar el área donde una vez habitó el diente. Se añade injerto óseo para dar volumen y densidad al alvéolo. El injerto óseo se puede tomar de su propio cuerpo, de un banco de tejido humano, sintético o de un animal. El injerto óseo es necesario si se planea colocar un implante donde una vez estuvo el diente, reconstruir la mandíbula para dentaduras postizas o agregar hueso debido a la pérdida ósea relacionada con la enfermedad de las encías.

Hay dos tipos de extracciones.

La mayoría de los pacientes reportan dolor y molestias de leves a moderados asociados con la simple extracción de un diente o varios dientes. Esto muchas veces se manejará con medicamentos de venta libre para controlar el dolor y la hinchazón. La recuperación suele ser de unos pocos días. El dolor posoperatorio asociado con las extracciones quirúrgicas puede requerir más atención médica y es posible que se indiquen medicamentos recetados. Su dentista en Dental Rivera siempre hará todo lo posible para que el procedimiento y la curación postoperatoria sean lo más cómodos posible para usted. Es muy importante compartir todas y cada una de las condiciones de salud con su profesional dental, así como cualquier medicamento recetado o sin receta que esté tomando.